lunes, 18 de enero de 2016

Ankhara en concierto. Vigo, enero 2016.

Mi primer concierto en meses y el primero del año. La ciudad es la cercana olívica, en una noche fría pero sin lluvia. El lugar, un garito escondido, visto desde la acera de enfrente, jeje, pero localizable cuando estás en el número 1 de Urzáiz. Sí, bajar unas escaleras y entrar en Masterclub, acogerse al calor rockero de la luz baja y los decibelios altos, el sabor de una cerveza y la cercanía de amigos y conocidos. La sensación conocida de la expectación y las ganas de volver a escuchar un directo. El grupo conocido, el cantante un amigo; vamos, la maravilla de la vida. Ankhara, reunido en su formación original pasaba por Vigo en su gira del XX aniversario y allá fuimos.


Se bajan las luces, los músicos se colocan cerca del escenario y la intro, con banda sonora de Batman, indica la proximidad del espectáculo. Demasiado tarde es el tema de inicio y Acordes mágicos pondrá el cierre a hora y media de concierto. Con la medianoche más que estrenada, Ankhara salió a darlo todo, animándonos a sentir el Rock y apoyarlo con nuestros gritos y manos en alto. Quizás sobre las tablas el chiste sonase a malo cuando lo soltaron pero la verdad es que tenía que notarse que estábamos en un concierto metalero y no en un recital para estar tan poco gritones. Gracias, Pacho, gracias, Cecilio, por recordarlo y decirlo con buen humor y bien alto.




Jalonado con una versión de Dio, en el concierto se repasaron los clásicos de la banda, comenzando por Demasiado tarde, desgranando Junto a mí, Frío infierno, 3:40, En mis manos, Mente atormentada, No mires atrás,... y rematando por Acordes mágicos. Es en este tema donde nos dicen que "Cuando te veo alzando los brazos mi alma se fortalece otra vez. Esperas que lo dé todo y no te defraudaré." Lo dieron todo esa noche, dejaron buen sabor de boca.

Conversando con Pacho un rato, al final, nos comentaba que buena parte del concierto no pudo estar al cien por cien. Cosa que apenas se notó desde atrás, donde yo estaba. Chorradas de primera fila, de lo que ven los músicos y no les gusta. Y de una que se subió al escenario, entorpeciendo a la banda, durante una canción. Yo creo que el pasárselo bien supone el que ayudes a que los que tienes cerca estén cómodos, sobre todo los músicos. Es una pena que no siempre se consiga ese buen rollo y algún espontáneo te lo corte con tontadas. Menos mal que estábamos con profesionales que supieron seguir y nos dieron un concierto majo y potente.

Pacho es de lo que poco callan durante el show, por eso nos estuvo animando, tirando de nosotros, haciéndonos gritar, conduciéndonos a la fraternidad rockera que tiene a la música y la aclamación como medios, un diálogo y compartir entre banda y público y viceversa. Le hizo un buen pie Cecilio ("así me puso mi madre", dijo tras una ovación del respetable durante el concierto). Y así nos hicieron más llevadera la breve espera cuando el bajo dejó de oírse o cuando la banda paró un instante entre tema y tema. Así nos transmitieron los agradecimientos a cuantos seguimos apoyando la música y los bolos en directo (en medio de "unos tiempos difíciles donde solo unos locos seguimos metidos en el rollo", confiesa Pacho), a los que fuimos desde Ourense, a los de más cerca, a los grupos Motores (su cantante estaba por allí) y Druídas (allí presente más o menos en pleno y en la espera de nuevo teclista para grabar nuevo álbum). Así pudimos hablar con los músicos a los pocos minutos del fin de la música, pues se hicieron presentes en la sala al poquito de terminar de tocar.

 
Una nueva experiencia en sintonía con la manera en que he crecido estos años entre conciertos: una sala, conocidos del rollo cerca, buen espectáculo y la posibilidad de compadrear con la banda al final, cerca de la mesa de ventas.

 




Para saber más...
... la página de Facebook de Ankhara...
... la web oficial de Pacho Brea...
... Y dos temas en vídeo (Youtube) del sábado: Demasiado tarde y Junto a mí

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